sábado, 5 de julio de 2008

Nadal se reencuentra con Federer

El manacorense reeditará otra final entre los máximos exponentes del tenis mundial, esta vez en una superficie donde Roger Federer reina con puño firme. Nadal venció en semifinales a un desconocido para el gran público, el alemán Rainer Schuettler, en tres sets por 6-1, 7-6 y 4-6.

El alemán no fue el 'sparring' que se le suponía al principio del partido. Le llevó al 'tie break' en el segundo set cuando Nadal bajó un poco el pistón, y le levantó tres bolas de partido en el tercer juego.
El derroche de calidad del número 2 del mundo dejó poco margen a la sorpresa. Hubo un primer set con diferencias cualitativas bochornosas; un segundo, en el que Schuettler varió la estrategia para golpear al mallorquín con más contundencia; y un tercero que finalmente corroboró la destreza del segundo favorito.

El arranque torpe del verdugo de Arnaud Clement contrastó con el poderío del manacorense. Schuettler, que la víspera admitía que su pretensión hoy sería "pasarlo bien y ponérselo difícil" al campeón de Roland Garros, lo pasaba mal ante un ciclón que encadenaba golpes ganadores -un total de 40-, mostraba una derecha descomunal y apenas le dejaba espacio para respirar.
A cada latigazo que le asestaba el tenista balear -que sólo en el primer set rubricó 12 golpes ganadores-, su rival se despachaba a gusto con una retahíla de lo que parecían improperios en su lengua. Producto, claro, de la frustración.

Diferencias cualitativas espectaculares. Schuettler se comportó como el semifinalista improbable, como un invitado sorpresa a una cena en la que sólo disfrutaba del menú uno de los comensales.
El número 2 le castigó en todos los departamentos. Aprovechó cada una de las carencias técnicas que mostró el germano para romperle el servicio en el primer juego; para encadenar un segundo con un 40-0 y para quebrar de nuevo al verdugo de Santiano Ventura y de Guillermo García en esta edición en el tercero.

Peor, imposible. En 23 minutos, Nadal había superado con nota el set con un 6-1 logrado con un nuevo 'break', y que reflejó la superioridad apabullante del favorito, que hasta ahí no cometió ninguna doble falta y ningún error no forzado.
Schuettler esperó al segundo set para reaccionar. Esa reválida comenzó con un guión similar, aunque Nadal cometió su primer error no forzado de todo el partido -en total, incurrió en 18; el germano, 22- y su rival pareció despertar de la pesadilla pasado el cuarto de hora.
Entonces, sí, Schuetler logró lo que parecía imposible. Rompió el saque de Nadal en el tercer juego con un gran punto y trató de variar la estrategia. Casi lo consiguió. Nadal bajó notablemente la intensidad y su adversario pareció recordar que su oponente era zurdo para meterse en el partido.

El número 94 en el ránking mundial afinó la puntería aunque no logró ningún saque directo en este set -Nadal hizo 5 "aces" de un total de 7; Schuettler, sólo 3-, mientras que el manacorense cometía errores y se mostraba algo menos preciso con su derecha.
Fueron esas negligencias las que dieron aire a Schuettler, que estuvo a sólo un juego de ganar el set, con 5-3, antes de que Nadal volviera a ponerse las pilas. El rival impasible pasó a convertirse en el rival incómodo. Nada, por supuesto, que no pudiera remediar el segundo favorito, que incurrió en esta manga 11 errores no forzados, uno más que su oponente.
El zurdo de Manacor necesitó algo más de una hora para rematar el set. Remontó los números adversos del marcador para igualar a 5 juegos, pero la nueva actitud de su rival llevó el set al desempate, que ganó Nadal por 7-6 (3).

En la última manga, el manacorense llegó a perder 3 bolas de partido, que salvó el alemán para llevarse el noveno juego disputadísimo y ponerse 4-5. El mallorquín -que en total convirtió 5 de doce ocasiones de rotura- aprovechó su servicio para enmendar el resbalón y amarrar el tercer parcial, con un último juego en blanco para Schuettler, por 6-4.

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